Doñana infinita

Sin duda, unos de mis vídeos favoritos y una de las mejores experiencias vividas sobre una bici.

Para celebrar mi cumple de 2014, no se me ocurrió mejor manera que hacer algo que me hiciese feliz, y ¿qué va a ser sino una ruta en bici?
Hacía mucho tiempo que quería hacer esta ruta, así que me levanté temprano ese día, cargué las alforjas y a cumplir sueños.

Por primera vez, me embarcaba en un viaje con mis alforjas en solitario. Aunque gran parte del recorrido ya lo había hecho en un par de ocasiones (desde Los Palacios hasta la aldela de El Rocio), aquella era una ruta diferente, iba a pasar ¡¡por la playa de Doñana en bici!!

Fue un día diferente climatológicamente hablando. Pasé calor, me diluvió durante unos instantes, pasé frío para al rato volver a pasar calor.

Al llegar a Matalascañas tuve que esperar una hora para que la marea empezase a bajar y así poder circular mejor por la playa, aproveché para recuperar fuerzas después de 100 km y allá que iba desde el paseo marítimo hasta la orilla de la playa. Aquel día del que en unas horas iba a ser verano, la playa estaba llena de gente en bañador, jugando y bañándose, mientras yo iba con mi bici, mis alforjas y vestido para la ocasión!
Disfruté como un enano, mientras iba por la playa con mi bici y en absoluta soledad solo a veces interrumpida por gaviotas y un jabalí. Fueron solo 30 kilómetros, pero vaya 30 kilómetros más especiales en los que disfrute desde el primer metro hasta el último.

Al llegar justo en frente de Sanlucar de Barrameda, cogí la barca y los últimos kilómetros ya hasta Chipiona un poco triste porque se acababa la aventura y la vez feliz porque lo había conseguido, 140 km con mis alforjas. Fue un día muy especial.




La semilla volvió a crecer, pero esta vez de forma diferente, y para mejor, este viaje fue un punto de inflexión.




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